El trastorno bipolar es una enfermedad de salud mental que afecta el estado de ánimo, la energía, la actividad y la ideación de la persona y que se caracteriza por la aparición de manía (extremadamente animado/ eufórico) y de depresión.
Si bien se desconoce la causa exacta, se piensa que están implicados factores como la herencia, cambios en las concentraciones de los neurotransmisores cerebrales y factores psicológicos. El tratamiento consiste en la mayoría de los casos, en fármacos estabilizadores del estado de ánimo y psicoterapia.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) refiere que cerca de 40 millones de personas en el mundo (uno de cada 150 adultos) tenían un trastorno bipolar en el año 2019, observándose principalmente en personas en edad laboral, pero también en otras más jóvenes.
El trastorno bipolar es una de las principales causas de discapacidad en el mundo indica la OMS, y puede afectar a muchas esferas de la vida, obstaculizando la relación con los demás, el aprendizaje, trabajo, entre otras. Además, aumenta el riesgo de tener ansiedad, trastornos por consumo de sustancias y conductas suicidas.
Las personas con este trastorno, pasan por episodios de manía y depresión, a continuación, se detallan los síntomas de cada uno.
Manía: Episodio de un estado de ánimo persistentemente elevado, expansivo o irritable, y el aumento de la energía sumado a algunos de los siguientes síntomas:
- Disminución de sueño.
- Habla y pensamientos acelerados.
- Falta de concentración.
- Aumento de la actividad, y de movimientos no dirigidos a un fin determinado.
- Excesiva participación en actividades con alto riesgo de consecuencias graves (ej., compras compulsivas, inversiones financieras insensatas, actos peligrosos, entre otros).
Hipomanía: Es una variante menos extrema de la manía, durante el período hipomaníaco, el estado de ánimo mejora, la necesidad de dormir disminuye a medida en que la energía aumenta notablemente y la actividad psicomotora se acelera.
Depresión: Este episodio tiene síntomas de estado de ánimo depresivo o la pérdida de interés o placer casi todo el día, salvo los pensamientos o los intentos de suicidio que no es necesario que se presentes la mayor parte del tiempo y contemplan:
- Estado de ánimo depresivo.
- Marcada disminución del interés o placer.
- Variación significativa de peso, o disminución o aumento del apetito.
- Alteraciones de sueño.
- Agitación o retardo psicomotor observado por otros, no solo por el paciente.
- Fatiga o pérdida de energía.
- Sentimientos de inutilidad o de culpa excesiva o inapropiada.
- Disminución para pensar o concentrarse, o indecisión.
- Pensamientos recurrentes de muerte o suicidio, intento de suicidio o un plan específico para suicidarse.
En muchas ocasiones, no se diagnostica ni se trata correctamente lo que genera mayor malestar en la persona, mayor discriminación y estigmatización respecto al trastorno, por ello se hace necesario conocer de esta temática y saber que una persona con tratamiento puede desempeñar su vida como el resto de la sociedad.
En el caso de sospechar de un trastorno bipolar, consultar con un especialista lo más pronto posible y en el caso de tenerlo, se recomienda mantener los controles médicos de rutina al día y tomar la medicación indicada por el psiquiatra en la manera en la que fue prescrita.
Medicina Preventiva Programa “Salud Mental”
JEPLANGES
