La acción colectiva en 150 países de todo el mundo es lo que hace del Día Mundial de la Alimentación uno de los días de la Organización de las Naciones Unidas más celebrados de su calendario. Cientos de actos y actividades de divulgación reúnen a gobiernos, empresas, organizaciones de la sociedad civil (OSC), medios de comunicación, el público e incluso a los jóvenes. Promueven la sensibilización y la acción en todo el mundo para aquellos que padecen hambre y sobre la necesidad de garantizar una alimentación saludable para todos, no dejando a nadie atrás.
A pesar de que se ha ido avanzado en la construcción de un mundo mejor, demasiadas personas se han quedado atrás. Personas que no pueden beneficiarse del desarrollo humano, la innovación o el crecimiento económico. Millones de personas en todo el mundo no pueden permitirse una alimentación sana, por lo que quedan en alto riesgo de inseguridad alimentaria y malnutrición. Pero para poner fin al hambre no se trata solo del suministro. Hoy en día se producen alimentos suficientes para nutrir a todos en el planeta.
El problema radica en el acceso y la disponibilidad que se ven cada vez más obstaculizados por numerosos desafíos, como la pandemia de COVID-19, los conflictos, el cambio climático, la desigualdad, la subida de precios y las tensiones internacionales. Personas de todo el mundo están sufriendo el efecto dominó de unos desafíos que no conocen fronteras.
El lema este año es “Mejor producción, mejor nutrición, mejor medio ambiente y una vida mejor”.
- Nuestras acciones son nuestro futuro:
Un mundo sostenible es aquel en el que todos cuentan. Distintos sectores de la sociedad, deben trabajar juntos de manera solidaria para priorizar el derecho de todas las personas a la alimentación, la seguridad alimentaria, la nutrición, la paz y la igualdad. Efectivamente, cada uno de nosotros, podemos trabajar por un futuro inclusivo y sostenible, mostrando una mayor empatía y amabilidad en nuestras acciones.
Programa Medicina Preventiva “Educación y Promoción de la Salud”