El agua es el componente más abundante del organismo y es un nutriente acalórico (que no aporta calorías), y es esencial para que el cuerpo se mantenga correctamente estructurado y en perfecto funcionamiento.
Ayuda en la refrigeración del individuo mediante la termorregulación, elimina sustancias de desecho, lubrica las articulaciones, permite el transporte de otros nutrientes a la célula, regula los electrolitos en la sangre, entre otros.
También existe la deshidratación, que se define como la pérdida dinámica del líquido corporal debido a diversos factores como el esfuerzo físico intenso, restricción de líquidos antes, etc.
Si bien es cierto, la sed es un buen indicativo y mecanismo fisiológico que permite saber cuándo existe pérdida de líquidos, sólo funciona correctamente en condiciones de reposo. Por tanto, una excelente manera de saber cuánto líquido se debe consumir diariamente, es calculando su peso en kilogramos dividido en 7, el resultado obtiene la cantidad de vasos de agua de 250mL que debe consumir, con un ejemplo sería lo siguiente, si el peso es 70 kg, al dividir en 7 serían 10 vasos de agua de 250mL, es decir, esa persona debería consumir 2.5 Litros de agua al día.
Si agregamos la condición de ejercicio intenso, calor ambiental y cualquier cosa que aumente el sudor del organismo, se deben agregar a dicho valor, unos 500 a 700mL de agua dependiendo de la actividad. Por último, como detalle, para mejorar la absorción del líquido que consuma, debe estar acompañado de carbohidratos (fuentes de energía) y electrolitos (principalmente sodio y potasio).
Por esa razón, mantenerse con una botella de agua cerca y durante todo el día es fundamental para los meses de calor y altas temperaturas, con el fin de evitar la deshidratación y así, el organismo está en constante regulación de temperatura para el correcto funcionamiento de sus sistemas.
Fredy Ignacio Guzmán Rogel
Enfermero Coordinador
CCM “Concepción