Salud Mental y Nutrición

Ago 5, 2021

Comúnmente se ha asociado alimentación con sobrepeso y estado nutricional, sin enfatizar la relación que puede tener esta con la salud mental. Investigaciones recientes han ampliado el concepto de la nutrición, centrándose en su conexión no solo con la salud física, sino también con la salud mental y el bienestar.

Esta relación se explica porque el alimento ingresa a nuestro organismos y el cerebro absorbe entre el 20 a 27% de la tasa metabólica corporal total, siendo este órgano donde se secretan sustancias que influyen en el estado de ánimo, la regulación afectiva y la concentración. Además, la estructura, composición y función del cerebro dependen de la capacidad de nutrientes como lípidos y aminoácidos, además de vitaminas y minerales que la persona ingiera.

¿En qué trastornos mentales influye la alimentación?

Estudios señalan que pacientes con depresión presentan falta de triptófano, un aminoácido que no produce el organismo, y que se encuentra en alimentos como el chocolate, carnes magras, huevos y almendras. También se ha estudiado la relación del magnesio, zinc, omega 3,6 y 9 y ácidos grasos encontrados en alimentos como carnes rojas y pescado, con la ansiedad y depresión.

En adultos mayores que padecen trastornos mentales como esquizofrenia, depresión y enfermedad de Alzheimer se ha demostrado que presentan deficiencias nutricionales a nivel celular. En ese sentido, la información es consistente al asociar hábitos no saludables de alimentación y empobrecimiento en la salud mental, además de encontrarse asociaciones entre mal nutrición en las etapas tempranas y discapacidades cognitivas durante el crecimiento infantil.

Por otro lado, investigaciones asocian hábitos saludables y mejoría en la salud mental en todas las etapas de la vida. Por ejemplo, una alimentación rica en frutas y verduras se ha asociado con un aumento de felicidad y altos niveles de bienestar.

¿Qué alimentos debo consumir?

Al hablar de una dieta saludable para su salud mental se recomienda:

  • Aumente el consumo de frutas y verduras debido a la cantidad de vitaminas, antioxidantes y fibra que aportan.
  • Consuma carnes blancas, principalmente pescados por su elevado contenido en omega 3. Además, se recomienda ingerir legumbres como fuente rica en proteínas.
  • Consumir nueces, semillas, palta, aceite de oliva o canola debido a que aportan grasas saludables.
  • Prefiera lácteos descremados debido a su contenido menor en colesterol y grasas saturadas.
  • Evite consumir alimentos altos en azúcares, grasa y sodio (sal). En ese sentido, se sugiere limitar el consumo de alimentos procesados y envasados como galletas, dulces, snacks.

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